Y te vi brillar en el medio de la noche.
Te hallé tan imponente y resplandeciente, que hacías que, toda esa absoluta oscuridad, se llenara de vida.
En pocas palabras, fuiste la perfección al sonreír.
Te observaba crear enigmas con tus miradas y lanzarlos hacia el Cosmos.
De esos que vuelven locos a desesperados científicos, y que otorgan miradas de niños soñadores, a los más profundos poetas.
Y sin darme cuenta, me adoctriné a tu Dogma, y creí en tu ciencia sin cuestionarmeló.
En ese instante fui astrónomo, al descubrir en tu mirada fugaz, la belleza de dos luceros viajando hacia el infinito.
Y al pedir un deseo, fui testigo del Big Bang, que tus labios ocacionaron al chocarlos con los mios.
Mi mente estalló como una supernoba, dejandome perdido y a la deriva en tu cuerpo celestial.
Tu amor me hizo polvo, y tu te uniste a mí, para crear nueva materia, para ser uno conmigo, para amarnos en la otra vida, para amarnos en la eternidad.
No es mañana cuando deberías estar haciéndolo. ¡Apresúrate antes de que raye el alba! Después será el momento en que, todo ser humano, deberá sentirse realizado por completo.
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domingo, 12 de marzo de 2017
Para amarnos en la eternidad
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