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domingo, 3 de noviembre de 2019

Toxicidad

Donde no me atormentes, allí estaré.
Alejándome de tu toxicidad, de todo ese mal que me causaste, convenciéndote de que hacías bien. Pensabas que tenías motivos para menospreciarme y rebajarme, como si yo alguna vez te hubiese echo lo mismo. No fui perfecto, y reconozco que fallé... Pero jamás fue con maldad. No con esa seguridad que tenías, cuando me apuntabas con el dedo, para demostrarme tus razones, frente a los demás.
 Y llegado a este punto... no dejo de pensar, que tus jugadas, por el contrario, fueron dañinas y mal intencionadas. Y una vez más, agaché la cabeza, como en otras tantas ocaciones. Me mordí la lengua, y por dentro, me consolé. Reflexioné y analicé... Y fue así que decidí ser feliz.
 Escapé bien lejos, y dejé lo malo atrás. 
Sabía muy bien de lo que era capaz, y lo mucho que valía. Asi que decidí compartir mi autenticidad, con alguien que la valorara, como yo la intenté valorar. Y sin obligar a que acepten mis pensamientos, tiré la mochila y mandé todo al carajo. Y por primera vez, después de tanto tiempo, de culpas impuestas y amarguras, sentí esa paz mental y volví a sonreír.

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