Todos tienen oídos, y una estrategia puede ser intervenida.
No se trata de estar o no en pies, cuando aún mantienes el último suspiro.
Una buena jugada puede acabar la partida, aunque al peón le cueste la vida.
No es mañana cuando deberías estar haciéndolo. ¡Apresúrate antes de que raye el alba! Después será el momento en que, todo ser humano, deberá sentirse realizado por completo.
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