No te calles, no te
enjaules,
No te oprimas, no te
rindas.
Nadie más que vos tiene
el poder para alcanzar el éxito,
si a lograrlo te determinás.
No hace falta una
enorme mansión para reposar a un
delicado corazón.
La morada por excelencia, es aquel hogar donde
yace el verdadero amor.
Debes entender que
jamás hallarás el horizonte, sin pies, que en el
camino se mantengan firmes.
Que sólo cruzan la meta
aquellos, que aún en medio de la
tormenta no se rinden.
No te hundas en tu
propio barco porque en el camino te
hayas equivocado.
Somos seres humanos, todos por igual.
Y nosotros mismos
nos fallamos, como le podemos fallar a los demás.
Somos criaturas
perfectas a nuestra manera, con nuestras propias
imperfecciones.
Y solo un guerrero que
no deja de pelear, aprende de todos sus
tropezones.
No te creas menos que
alguien más, un inútil por no saber
despejar la “x” de la ecuación.
No es un CI de
120, el que nos lleva a la gloria.
El poder verdadero proviene de la determinación.
Si te caes te levantas, y aunque parezca
imposible, lo intentás igual.
Volvé a levantarte si
tropezás, puesto que sólo gana el que
persevera.
Que nadie te impida
luchar, y que nadie te diga lo
que podés lograr.
No permitas que
declaren sobre tu vida.
Jamás nadie sabrá hasta
dónde vas a llegar.
Solamente vos te
conocés verdaderamente,
Y sabés lo que
desea tu corazón.
Vos mismo conocés tus más profundos miedos, tus más ocultos secretos, tus momentos más felices y los más tristes.
Cada pensamiento
profundo te pertenece, inclusive hasta la más
absurda decisión.
Que nadie te corte las
alas, y que nadie te entorpezca
el camino.
Que nadie sueñe por
vos, y viví para ser tu propio testigo. Aquel observador que
atestigüe tu andar.
El mismo que recoja los
frutos de tu sacrificio.
De los golpes vas a aprender.
Y vas a ser feliz cuando encontrés tú propio camino, sólo para vivir al máximo, cada día y cada instante, como si fuesen los últimos.
Aunque el camino se encuentre repleto de escombros, recordá que cada
tormenta es pasajera, y que después de la lluvia
sale el sol.
Así como la luna y todas las estrella iluminan el planeta, vos brillas con explendor.
Y sin darte cuenta,
alguien te está contemplando, soñando con ser tan
bueno como vos.
Mientras no lo vez, te
siguen observando.
Somos ejemplo a seguir, y guías que marcaremos, en algún momento de nuestras vidas, el camino de alguien más.
Podemos lograr tantas
cosas, para dar esperanza donde
ya no la hay.
No hay que rendirse, y cueste lo que cueste, debemos continuar cada vez más.
A pesar de que cuando te equivoqués, no te van dejen de señalar con el dedo. Recordá que hagas lo
que hagas, para bien o para mal, las personas no dejarán de juzgar.
Sólo los fuertes recorrerán cada trecho del camino. Y sé que, en una simple lágrima, viajarán con ella, un sin fin de lamentos
y estragos. Sé que en tu mirada se
reflejarán los más crueles y
hermosos recuerdos.
En tu alma llevarás un equipaje
repleto de innumerables ilusiones
y decepciones. Pero en tu
corazón, guardarás los resultados, de poner
en práctica tus mejores intenciones.
Cuándo llegás con sudor y sacrificio, desde abajo hasta la cima, más rica se volverá tu victoria.
Así que, no te detengas. Como sea debemos
continuar, y grita con todas tus
fuerzas:
¡Yo tengo
la certeza, sé que lo voy a lograr!
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