La vida es demasiado corta, y el tiempo se esfuma como humo, pero cuando me entierro en tu mirada, las horas se congelan. Y a veces creo, que un instante contigo dura una eternidad, de la cual no quiero escapar.
No creí volverme a enamorar, mucho menos creer que alguien me supiera valorar. Y es por eso que mi vida está tus manos. Porque lograste comprenderme y perderte en mis laberintos mentales. A tal punto, de hayarme en medio e la oscuridad, tomarme de la mano, y liberarme de mi propio Alcatraz.
Eres mi luz y mi esperanza... Mi media naranja que hace tanto tiempo andaba buscando... la última pieza que le da sentido a mi vida y que me completa.
Hay veces en las que creo que estoy soñando y que todo simplemente es una fantasía mía. Pero despierto a tu lado abrazado y cálido. Y por fin vuelvo a respirar. Y mi alma regrea a mi cuerpo. Mi sonrisa se vuelve a dibujar. Y si verte nuevamente, sigo perdido en tu mirada. Tan embrujado por tus encantos, enamorado de tu manera de ser e impresionado por tu ser pensante. No hay nada que por vos no haría. Le vendería mi alma al mismísimo diablo, por permitir que nunca te escapes de mis brazos. Eternamente tuyo si mi lo permites. Y prometo llevarte hasta donde mis pies me permiten recorrer, con tal de regalarte el mundo entero. Vida mía nunca me faltes, que sin tí me quedo sin aire. Sin ti se derrumba mi universo. Prometo nunca olvidarte si tú me cuidas con tu bondad y cariño inmenso. Y algún día sabrás que por ti también daría mi vida, ya que sin ti, la mía ya no tendría sentido.
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