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martes, 11 de junio de 2013

Lo que más deseo

Anhelo que en el cielo siempre brille cada estrella, y que la luna refleje en mi alma, toda su belleza.
Necesito contemplar esa hermosa flor, que me haga pensar que yo también puedo florecer al final. 
Hacer lo necesario para dar mis frutos
Y si dejo de intentarlo, ¡Será cuando todo se marchitará!
Ruego que el amanecer, en cada día, me dé la bienvenida con amor. Así como ansío que el atardecer, le de permiso a el crepúsculo, para que me pueda despedir en cada estación.
Añoro que el cielo se tiña de gris, con su colchón de nubes eternas y pasajeras. Simplemente, para entender que al final del capitulo, el sol saldrá de nuevo con todo su explendor y grandeza.
Espero que la gratitud y el perdón nunca me falten, y que al comienzo y al final del día, sepa que Dios me acompañó y me bendijo, protegiendome de todos los males.
Quisiera que nunca me falte la presencia del viento, para recordar cómo se siente acariciar con amor y con suavidad, a paso lento.
Suplico que el sol me despierte cálidamente, con sus brazos por las mañanas. Y que la luna me acompañe con sus claros iluminados, en mis paseos
nocturnos, durante aquellas noches soñadas.
Imploro que la soledad sea esa fiel y eterna compañera, que me haga saber que siempre contaré con alguien que me ame, y una amistad que sea verdadera.
Prefiero tener que soportar la obligación y la responsabilidad, por amor a mis mascotas, con tal de recibir esas muestras de cariños, que solo ellas nos saben dar.
Pretendo ser quieto y paciente, como los árboles, para aprender como de una semilla simple, surge algo tan grande.
Confió en que mis piernas nunca me fallarán, en el trayecto de mi vida. Y que a pesar de los tropiezos, caminarán hasta el final del camino.
Pido que la pasión no me abandone ni que se aparte de mi alma contempladora.
Que siempre haya vida en la música, en el el arte y en todo a lo que se le llame poesía.
Pero lo que más deseo en la vida, es que lo fundamental nunca me falte. 
Que el amor prevalezca por sobre todo. Y que ese amor que yace en mí, nunca deje de crecer por mis seres queridos, y que para cuando me necesiten, siempre esté allí.

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