Seguidores

domingo, 16 de marzo de 2025

No vengas a buscarme ahora, cuando no supiste valorarme en su momento. Tu castigo será verme feliz con alguien más, cuando más me necesites, cuando más me desees, y cuando más me quieras. Y ese día llegará, y sabrás que tan mal te portaste, aún cuando fuí excelente contigo.
No sabrás nunca, que se siente tocar mi piel.
Soñaras con mi cuerpo. Se te hará agua la boca por intentar besar mis labios. Y no sabrás lo excelente que soy en la intimidad, ni lo luchador que puedo ser por quien más quiero.
Solo te tocará verme progresar y salir adelante.
 Y te perderás todo el placer que algún día te pude dar. Solo vivirás para ver cómo le doy todo a alguien más. Y algún día vendrás llorando, rogando y pidiendo que te perdone. Y claro que te perdoné ya. Pero el tiempo pasa y la vida sigue. Y entenderás a la larga, que cuando quieras que te quieran, y solo jueguen contigo, que hay que saber valorar a las personas. Porque algún día serás tú, el que se sienta solo y no querido. Y solo quedarán aquellos que solo te usen, porque es lo que sabes hacer. Usar a los demás y dejar que te usen. Pero de mi nunca más sabrás. Solo seré algún recuerdo de alguien que quiso tu felicidad. Pero la rechazaste. Y cambiaste oro por un cubo de basura. Así que no te preocupes por mí. Que a todos nos llega lo que merecemos terde o temprano.

sábado, 15 de marzo de 2025

Hoy es hoy

No voy a arrepentirme. Hoy es hoy. Lo que importa es el valor que le doy a mi presente.
Darme un tiempo fuera de las cuatro paredes, para meditar, respirar y relajar... Mientras soy consciente de lo que me rodea, de lo que tengo, de lo que puedo hacer en este momento. 
Creía que necesitaba algo. Creo que siempre vamos a creer que algo nos falta, cuando seguimos ese espiral sin fin, al que llamamos felicidad. Pero la dicha está, en los momentos efímeros, en el sentimiento que le ponemos, y que déjalos recibir del tiempo presente, compartido o en soledad. 
Cualquier avance pequeño es significativo y enorme a la vez. Romper con los esquemas como se pueda, intentando un poco más, poniendo un granito de arena de voluntad. 
Quedarse en el enojo no lleva a nada. Simplemente es quedarse estancado, esperando a que alguien nos ilumine. Y eso no va a pasar. Nosotros somos la chispa. Nosotros la pagamos o la encendemos. Nosotros elegimos iluminar a otros o a nosotros mismos. Y en medio de la oscuridad, es importante que la flama no se apague. Es tan fácil dejarse llevar por el mal. Y tan solo a un paso, de volver a empezar. Solo es cuestión de elegir que es prioridad.
Y si no sos vos entonces algo está mal. Pero nunca es tarde para quitarse las vendas de los ojos, para saber apreciar lo que en verdad importa.
Date una nueva oportunidad. Perdonate. Se misericordioso con vos mismo. Porque para exigencias, la vida misma es una experta en ponernos a prueba. Ahora daré un tiempo para acariciar tu alma y admirar lo lejos que has llegado y lo valioso que eres. 

viernes, 7 de marzo de 2025

Florecer

Me dijo la intuición que, si alguna vez tengo que pedir el abrazo que alguna vez di sin preguntar, cuando más lo necesitaban. Que no pague con la misma moneda, aunque crezca la necesidad de mi propio consuelo.
Nunca fue grato ver el dolor ajeno de quiénes me importaban, y quedarme con los brazos cruzados.
Me dijo mi reflejo, que aunque quede el sabor amargo en la garganta, por esperar, lo que creía que era lógico. Que entienda que, cada quien es como es, y da lo que tiene en su interior. Y el sentido común no es el mismo para todos.
Me dijo mi sombra que no está mal pedir ayuda, cuando uno mismo no puede. Y si no es de quienes esperabas, que sea la propia. Porque la decepción incluso está donde menos lo esperas. Pero que te puede defraudar todo el mundo, menos vos mismo. Es uno mismo quien se debe salvar. No dejarse tirado, extenderse la mano y sujetarla. Volver a caminar y continuar.
Me dijo mi reflejo, que el dolor no es en vano. Que las caídas fueron por algo, aunque no las entienda. Que hay un aprendizaje en proceso, lento pero seguro. Y que algún día, le daría sentido a todo cuando vuelva a sonreír, mirando hacías atrás, solo para aprender y mejorar.
Y por una vez le hice caso a mi parte más frágil, a esa luz pura e inocente, que me mantuvo en el buen camino, pese a todo lo que prometí que iba a destruir. Me dije a mí mismo, qué si seguía así, sería el único derrotado.
Por eso, el espejo está vez tocó mi parte más vulnerable. Para hacerme ver, que uno puede desear muchísimo algo. Pero que si no tiene que ser, no será jamás. Y lo único que puede suceder, es que uno se mueva por otros caminos, dejando de lado lo que hace mal. Y entregarase al presente... sin juzgar a nadie, sin mirar la paja del ojo ajeno, sin preocupaciones que están demás, sin pretender que todo sea como espero, sin esperar por esperar, sin buscar por demás. Solamente soltar las riendas de la mente, y vivir sin límites, cada día, un poco más.
Pero es un orgullo inmenso, el reconocimiento de la negación, la aceptación del proceso, y la superación de las adversidades. Solo así, el auténtico cambio interno, llegará a florecer en la siguiente estación.

lunes, 3 de marzo de 2025

En mi propia oscuridad, también hay luz

¿Alguna vez excavaste sobre tus pensamientos... tan hondo, buscando las vueltas de los porque sin respuesta? ¿Eres consciente de tus actos y de sus consecuencias, cuando logras juzgarte cuando nadie te ve?
Por fin te das cuenta de que a tus demonios que antes ignorabas o desconocias, ahora los reconoces, y los puedes ver.
Cuestionas tus propias intenciones. Tus miedos, tus miserias, tu propia cobardía.
Te miras al espejo, y le hablas a la almohada. Piensas si está bien o mal. Te justificas y te mientes a tí mismo, porque la culpa es menos dolorosa, si juramos no volver a decepcionar.
Me duele reconocer que soy hipócrita. Porque lo hago conmigo mismo. Y la negación, enseguida, algún plan pone en marcha... Al final, terminaré inventandome alguna escusa para volver a empezar, dudando de si será verdad.
Pero has descendido tan profundo, tratando de entendete, de saber quien realmente eres. 
Que hasta, si te defiendes, te sientes que haces mal. Porque por dentro te dices que así no eres. 
Entonces buscas aquellos talones de Aquiles. 
Cómo un incomprendido, que de a poco se comprende más. Cuando menos encajo afuera, más me doy cuenta de quien soy en verdad.
Pero, el echo de ponerme en tela de juicio, aunque falle mil veces, me hace creer que estoy iluminando a mi modo, mi propia oscuridad, y la estoy enfrentando con valentía. Porque no es fácil decirse la verdad... Aceptarla. No es fácil perdonarse. No es fácil darse una nueva oportunidad.
No es fácil dejar de sentir vergüenza, culpa, frustración, enojo. No es fácil explorar las heridas que aún siguen abiertas, para realmente intentar de sanar. 
Cuando más acepto cada parte de mí. Más transparente me vuelvo. Y aunque vuelva a fallar, se que algún día dejaré de hacerlo. Porque solo es cuestión de aceptar.
Jamás creí que, en en el abismo de mi ser, podría haber tanta claridad.