Seguidores

lunes, 3 de marzo de 2025

En mi propia oscuridad, también hay luz

¿Alguna vez excavaste sobre tus pensamientos... tan hondo, buscando las vueltas de los porque sin respuesta? ¿Eres consciente de tus actos y de sus consecuencias, cuando logras juzgarte cuando nadie te ve?
Por fin te das cuenta de que a tus demonios que antes ignorabas o desconocias, ahora los reconoces, y los puedes ver.
Cuestionas tus propias intenciones. Tus miedos, tus miserias, tu propia cobardía.
Te miras al espejo, y le hablas a la almohada. Piensas si está bien o mal. Te justificas y te mientes a tí mismo, porque la culpa es menos dolorosa, si juramos no volver a decepcionar.
Me duele reconocer que soy hipócrita. Porque lo hago conmigo mismo. Y la negación, enseguida, algún plan pone en marcha... Al final, terminaré inventandome alguna escusa para volver a empezar, dudando de si será verdad.
Pero has descendido tan profundo, tratando de entendete, de saber quien realmente eres. 
Que hasta, si te defiendes, te sientes que haces mal. Porque por dentro te dices que así no eres. 
Entonces buscas aquellos talones de Aquiles. 
Cómo un incomprendido, que de a poco se comprende más. Cuando menos encajo afuera, más me doy cuenta de quien soy en verdad.
Pero, el echo de ponerme en tela de juicio, aunque falle mil veces, me hace creer que estoy iluminando a mi modo, mi propia oscuridad, y la estoy enfrentando con valentía. Porque no es fácil decirse la verdad... Aceptarla. No es fácil perdonarse. No es fácil darse una nueva oportunidad.
No es fácil dejar de sentir vergüenza, culpa, frustración, enojo. No es fácil explorar las heridas que aún siguen abiertas, para realmente intentar de sanar. 
Cuando más acepto cada parte de mí. Más transparente me vuelvo. Y aunque vuelva a fallar, se que algún día dejaré de hacerlo. Porque solo es cuestión de aceptar.
Jamás creí que, en en el abismo de mi ser, podría haber tanta claridad.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario