Seguidores

miércoles, 4 de junio de 2014

Amigo (Que no te vea, no significa que me haya olvidado de ti).

Amigo, hace tiempo que no te veo, pero aún sigues aquí presente.
Hace tiempo que no me hablas, y aún así, simulo oír tu vos en algún rincón de mi corazón.
A veces suelo buscarte, ¿Quién sabe dónde?, tratando de entender porque te fuiste.
Debes entender que han pasado muchos años y que aún no puedo asumir tu adiós.
Una vez te vi, y estabas a mi lado. Me hablaste y te hablé. Y al decir cuánto tiempo te venía extrañando, no lo pude evitar y te lloré un mar de lágrimas que jamás tuvo consuelo.
Amigo, en mi mente te recuerdo con ese rostro risueño, y te observo allí parado, mientras que en dos me quiebro.
A las vivencias del pasado me aferro y a nuestras miles de aventuras, con desesperación recreo. Es como ver fotografías en familia, que de página en página, toda una vida se pasea en frente de mis ojos.
Te miro y me miras; me sonríes y te sonrío.
Con la cordialidad de nuestras manos, representabamos el fiel saludo de dos buenos amigos. Y luego, comenzábamos un largo recorrido. 
¡Y allí va el reencuentro de dos locos aventureros!
¡Vaya, que lindos momentos, caminante sin miedos!
Aunque no estés aquí presente, permaneces en mi interior.
Sigues latente en mi corazón, bien adentro, en lo más profundo de mi ser.
Te he aferrado a mis más grandes amores y a mis más grandes temores.
No hay día que no le pida y le implore a Dios que mi amor por ti jamás quede en el tiempo.
Les he hecho prometer a mis memorias que te escriban una hermosa historia que no tenga inicio ni final. Simplemente que transcurra, y que dure en la eternidad, hasta que llegue a mi propio fin.
Amigo, sigues siendo mi querido hermano del alma, y aunque, de tu camino terrenal te hayas despedido, aún dejas una sonrisa imborrable, marcando un sendero iluminado por todo el cielo.
Ahora eres un guardián más en las moradas celestiales y una estrella más de todo mi universo.
El tiempo pasará y volará más rápido que un jilguero.
Golpeará fuerte pero no tardará, ya que tardará lo mismo que un aguacero.
Y aun así seguiremos siendo amigos, y seguiré diciéndome a mi mismo:
Amigo, que no te vea, no significa que algún día me vaya a olvidar de ti. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario