Tus
ojos son mi esperanza, la guía certera que me conducen a tu alma.
Belleza
destellan tus pupilas, y perdido, contemplo esa mirada.
Es
otro paisaje en el que me quiero quedar grabado, sin
intención de querer regresar.
No
hay otro deseo en mí, más que seguir atento, seguir
hipnotizado y jamás despertar.
Tus
ojos seductores, son más que los cebos, que
me conducen a la trampa.
Y
por ser la estúpida mosca, me convertí en la presa que cayó sobre tus
telarañas.
Se
produjo la caída que tanto esperabas y la que yo añoraba.
Con
tal de seguir en tu observar, sin
darme cuenta, revelé el
secreto que provocó que se abriera el umbral.
La
respuesta estaba en tu mirada, y por tal motivo no me quise marchar.
Tus
ojos abrieron la ventana escondida,
haciendo
que se fugara toda la verdad.
Jamás me tocó gastar una sola palabra,
ni
tener que concentrarme para escuchar.
Sólo dos miradas, conectadas profundamente, bastó para conocer la simbiosis, que dio lugar al despertar del alma.
Dos miradas, desentrañando los enigmas existenciales, de dos universos ambiguos, con tan sólo observar y resplandecer.
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