Seguidores

miércoles, 28 de febrero de 2018

Tu mirada

Mientras tus ojos claros se convinaban con los claros de la luna, destellaste el arma más poderosa de la creación.
Una supernova radiante, que penetró en mi mirada, acariciando dulcemente el alma. Te clavaste en mis pupilas a la velocidad de la luz, y para cuando quise voltaer para otro lado, ya era demaciado tarde.
¡Te habías apoderado de mí!
Tu mirada liberó el hechizo que me llevó a la perdición.
Caí derrotado antes tus pies, por no soportar tanto explendor.
Y para cuando me tomaste de la mano, supe en ese instante, que ya no tenía salvación.

martes, 20 de febrero de 2018

Sentencia

No me odies por desear tu cuerpo, con lo más profundo de mi ser, y por volverme carne contigo, mientras nos fundimos en una sola piel.
Haré que tu tórax se salga de tu pecho, para dejar que tu corazón se agite como fiera, mientras galopa por mis praderas.
Y mientras el sudor derramado, recorre por nuestros cuerpos desvanecidos, nos miraremos a ciegas.
Nuestros latidos descarrilados, harán eco en nuestras cabezas, hasta dañarnos las neuronas. Y nos seguiremos amando.
Arderé en el infierno cuando te regocijes, por haber profanado mi templo, y por haber comido del fruto que nos fue prohibido.
Y entre tantos sollozos y gemidos de placer, esperaré el último jadeo de tu boca, mientras te veo caer derrotado.
Te sostendré entre mis brazos, y romperé tus labios, para saborear el éxtasis final. Y en ese último beso, sabremos cúanto hemos ganado, al habernos condenados.
Jamás me arrepentiré de haberme encontrado envueltos en llamas, mientras lo hacíamos con desesperación.
Me volveré el ser más egoísta que ha de existir, para poder someterte sólamente a mí, para esclavizarnos a la pasión.
Y daría sentencia de muerte a todo un mundo, para mantenerte vivo en el mio.
Será nuestra sentencia.
Habernos sentidos vivos, por una noche, para amarnos, y morir por la eternidad, poco a poco, al alejarnos.

domingo, 18 de febrero de 2018

Les juro

Les juro que lo intenté con todas mis fuerzas, y en el intento me desesperé por no poder llegar.
Por no poder arribar, ni siquiera aún costado de mis sueños, empecé a creer que ya no lo tenía que intentar. 
Cada vez me hundía más en mis propias desilusiones.
Les juro que intenté naufragar en las inmensidades de mis peores temores, pero la soledad jamás me abandonó.
Me abrazó y me encegueció el camino.
Y por mucho tiempo, a flote y a la deriva, me fui acostumbrando a esta cruel realidad.
Solo y sin esperanzas, perdido en medio de las ironías de la gran ciudad
(Repleta de gente, vacía de humanidad).
Intenté escaparme, intenté alejarme, sin darme cuenta que estaba más solo cada vez que me alejaba.
Y me dije a mi mismo: ¡mejor solo que mal acompañado!
Ahora se me hizo la maldita maña de sufrir en soledad, y donde no haya nadie encuentro mi paz.

viernes, 16 de febrero de 2018

A la tercera va la vencida

Dime que se siente tenerlo todo, y saber que pronto lo vas a perder.
Pensar en los errores cometidos, y sin pensarlo, volverlos a cometer.
No hay lugar para la sabiduría, cuando yacemos con los ojos vendados.
A la tercera va la vencida, y luego nos toca caer echos pedazos.
Y en el vacio helado del avismo, recordarás como se sentía el calor de su piel. Te consumirán tus demonios internos, cuando la verdad salga a la luz por primera vez.
Descubrirás lo importante que aquella persona era, por no valorarla mientras la tenías.
Y las lágrimas te harán entender a la fuerza, que tu mundo se fue despedazando sin su compañía.
Comprenderás que el tiempo no volverá hacia atrás jamás, ni aunque pagues con sangre, ni aunque cumplas con lo que alguna vez le prometías.
A la tercera es la vencida, luego tu alma permanecerá inerte. En pocas palabras, helada y vacía.
La próxima vez no te equivocarás, y al ser mejor persona con alguien más, recordarás cual fue el castigo.
Perder algo cuando lo tuviste, y no valorarlo cuando estaba contigo. Conocer a alguien nuevamente, y ser el que exiga ser comprendido.
No ser valorado y alguna vez no haber valorado, van de la mano cuando en carne propia lo has vivido. Tal vez sea el karma que a todos nos llega en algún momento, o el juego despiadado, de lo que llamamos destino.

domingo, 4 de febrero de 2018

Fosfeno

Creí que estabas junto a mí, pero fuiste un espejismo en medio del desierto. Por unos instantes, verdaderamente estabamos frente a frente. Luego te fuiste apagando, como el crepúsculo luego del atardecer. Te marchaste en silencio.
Te vi resplandencer, como si fueras parte de algún sueño. Pero siempre estuve despierto.
Mi mente me engañó, y me torturo mostrándome algo que no era cierto.
No estabas ahí. Yo sólo quería creerlo.
Tú, amor mio,  y amor de toda mi via, no eras más que el resultado de un simple fosfeno.

viernes, 2 de febrero de 2018

Diastema

Como el sol y la luna, que se aman a la distancia, cuando a ambos se los puede presenciar. Darían lo que fuera, por unas  cortas cacarcias, que jamás podrán efectuar.
Como el rio y la montaña, que alguna vez fueron amantes, y solo ahora se dedican a soñar.
Entre tu y yo hay un diastema, que nos prohibe podernos tocar. Somos tal para cual, dos medias naranjas que no se pueden juntar.
Tan cerca, pero eternamente lejos. Conectados por sentimientos, pero físicamente condenados a la soledad.
Sólo nos podemos mirar con deseo, con locura, muriéndonos por dentro poco a poco.
Tratamos de romper con lo imposible por mucho tiempo, pero estamos atados a la desgracia, esclavizados al amor que no nos dejarán probar.
Maldito diastema, que nos ha arrebatado nuestra posibilidad de ser felices.
No hay libertad contigo en el medio.
Eres la maldición que nos hará morir mortíferamente, sin que descubramos lo que es saber vivir por una sola vez en nuestras vidas.
Como dos árboles firmes, que con sus ramas, luchan por sentir lo que es abrazar.
Entre tu y yo existe un diastema, que hará lo que sea necesario, para asegurarse de que nos veamos marchitar sin piedad.

jueves, 1 de febrero de 2018

Poesía I

Bésame léntamente, y desvanécete sobre mis labios. Repósate sobre ellos, y perdámonos en la más hermosa locura.
Aproxímate y tócame dulcemente, para enrredar nuestros cuerpos en las sávanas de seda.
Ensendamos el fuego de nuestros corazones y quememosnó a besos ardientes, dejándonos marcados para siempre.
Devórame con tus ojos, que yo no perderé de vista a tu boca. Y mientras nos despedazamos, hasta que se nos agote nuestro último aliento, marquemos nuestros cuerpos desaforádamente.
Respira de mi aire, y aliméntate de mis besos. Recórreme con tus manos, y tócame con tu pecho. Te harás adicto a mi, y no podrás vivir sin tenerme a cada instante, sin que yo esté lejos.
Dirás mi nombre cuando te estés muriendo, cuando te esté faltando mi perfume en cada rincón de tu cuerpo.
Y seré el sustento de tu alma, y el alimento que te haga falta, porque tu me vuelves la razón de que esté vivo cada mañana.