Verso XXIX

Agacho la cabeza al nivel, en que el mundo me pisa con su suela, mientras camino por la vereda, conectado a la música que me anestecia.
¡En mi mundo, valgo mucho más!
No tengo porque fingir ante nadie ni ocultar la mano con la que arrojé la piedra.
Soy libre de expresar mi demencia... de hacer justicia cuando la humanidad se oculta bajo la miseria.
No tener límites para imaginar ni para pensar en su totalidada, son cualidades, que en el otro mundo, traerán consecuencias.
Añoro que nunca se termine este trance...
Poder escupir sobre este sistema parasitario, que los más sanganos imparten.
Ya pacté con el diablo, y antes de morir, quemaré esta colmena.
¡Arderé en el infierno por siempre! Pero si me deshago de la mierda, ¡Sí que habrá valido la pena!