Verso XXII

Como si pudieras sobrevivir a este cataclismo, que traigo en mis entrañas.
Se me quema el alma desde hace tiempo, y se me muere la piel con cada respirar.
No puedes sanarme las heridas sin saber primero, que en el intento, te puedes aquebrantar.
¡No trato de subestimarte!
Sólo trato de decirte, que no me trates de idealizar.
Porque cuando te falle, serás tú quien te falle primero, por convencerte de una vida, que creías que iba a ser verdad.