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sábado, 24 de mayo de 2014

No me dejes morir

No es posible poder vivir sin tu mirar, y no podré caminar si no estás a mi lado.
Necesito respirar el aire que tú suspiras, y sentir desesperadamente que tu piel no me deja de acariciar.
Es que no me alcanza con saber que algún día te tuve, sí lo que realmente quiero es tenerte de nuevo, como en aquel sueño imposible.
Que se caigan todas las estrellas del cielo que te prometí hace una eternidad; y que se marchiten, si ya no te vuelvo a ver, aquellas rosas que decoramos en tu desolado ventanal.
No me obligues a perseguirte, ciegamente, por el sendero de los sueños.
Te imploro que me dejes envejecer junto a ti, y volverte mi propio féretro.
Que se apaguen los amaneceres si no nos reciben juntos y desarmados en mi lecho.
Que todos vean la tempestad que provoca la herida que has dejado abierta en mi pecho.
Que se queden sin alas las blancas palomas que revolotean sobre tu balcón, para que veas que tan lejos puede llegar, sin ti, mi débil corazón.
Solo quiero amarte locamente, amarte en un paraíso que no tenga fin.
Que se hagan añicos los tristes recuerdos de tu ayer, sin dejar huellas, perdiéndose en el jardín de los recuerdos, como lo hacen las estúpidas mariposas.
Que las cenizas de mi vida se confundan con las viejas paredes de mi morada, y que jamás pueda notar vivencia alguna de tus aventuras pasadas.
Necesito desgastarme a tu lado y ver como tus locuras mueren con las mías.
Quiero ser el manantial, que sacie tu sed de amor por las noches y a plena luz del día.
Necesito crecer junto a ti, ser tu universo y tu razón de existir.
Poder creer en Dios y culparlo por ese regalo que hoy no soporto ver partir.
Te ruego que, a donde quiera que vayas amor mio, te lleves mi vida contigo para que, al menos, pueda morir sabiendo que te hice compañía.
Si tu no estás a mi lado, cada suspiro es una lenta agonía.
Tan solo ten piedad y no lastimes a mi alma, que sólo busca dejar de sufrir.
¡Olvídame, solo olvídame!, ¡Pero no me dejes morir!

Mi corazón sangra, mi alma llora

Mi corazón sangra, mi alma llora.
Pues no estás presente en mi vida.
Me muero por verte tan solo una vez, pero tus ojos me desprecian.
Te persigo, pero tú no me dejas seguirte.
Me echas, y como un perro salgo despavorido.
De lejos solo puedo observarte, porque de cerca, somos igual que dos imanes del mismo polo.
Mi corazón sangra y mi alma llora.
No entiendo porqué me estoy muriendo.
Dije que moriría por tenerte, pero en mis brazos no te tengo.
Mi poesía se acorta, y mi inspiración sólo eres tú.
Ya no hay noches estrelladas, no hay lindos sueños, ni nada por lo que sienta un poco de pasión.
Desde el día en que te vi declaré que eras mi mundo, pero estrujes a mi corazón, por dejar que se caiga a pedazos.
Ni una mirada, ni una sonrisa.
Solo silencio que me aturde con negación.
¿Por qué me enamoré y violé mi juramento?
Nunca hubo necesidad de hacerlo, pero tú me condujiste al descuido.
Por tonto, mi corazón sangra y mi alma llora.
¿Por qué me rechazas?
¿No ves que soy como un niño que no se consuela?
Cada rosa que te regalé, por desamor, se fueron deshojando.
Cada carta, que con sangre y sudor fueron escritas, sin compasión, las fuiste quemando.
Mi corazón no deja de sangrar, mi alma no deja de llorar.
Ya no sueño cosas bonitas, porque lo bonito solo se quedó en ti.
Por culpa de ella, mi burbuja de sueños se descolorió.
Tomaste mi corazón y grabaste una sola imagen en él.
Ahora te veo a ti. Allí, allá, acá. Te veo en todos lados.
Ciego, sigo el camino que me guía al peligro, y de apoco, fuiste cubriendo los carteles de advertencia.
Sin razón apuñalaste a mi corazón, dejándolo sangrar hasta su último latido final.
Sin motivos heriste a mi alma, dejándola llorar sola, en lo más ondo de mi interior.
Sangre y lágrimas recorren por todo mi cuerpo, mientras que mi mente, muere lentamente por tus recuerdos, que la ahogan sin piedad.
Mi corazón sangra, mi alma llora.

¡Ay, pobre de mi amor!

Mi amor florece, florece y se deshoja.
Llega al punto de madurez y cae.
Se precipita al vacio y no lo puedo encontrar.
Mi amor ya no es amor.
Se vuelve desamor por el dolor.
Desprecia lo que tiene, y rechaza lo que se aproxima hacia él.
Con agonía, se marchita en silencio, y con tristeza, se despedaza.
¡Ay, pobre de mi amor!
No quiere sufrir, quiere dejar de existir.
Ya no cree en los cuentos de hadas, pues su cuento de sueños se volvió una pesadilla cruel.
No puede dirigir ni una palabra.
Se las ha tragado el tiempo.
Miedo a volver a amar.
Desilusión por atreverse a experimentar.
Ya no siente mariposas, pues se devoraron todo el amor.
¡Ay, pobre de mi amor!
Diferente quiere ser, y lejos de todo quiere volar.
Ser libre, escapar de la pasión.
Prefiere ser esclavo de la libertad y ser emancipado por la eternidad, a que vivir creyendo en el amor.
Golpes soportó, pero la traición lo arrinconó.
Se sintió defraudado de sí mismo, y ahora nada lo puede animar.
Muerto en vida, muerto en soledad y hundido en el llanto.
Sumergido en lágrimas se quiere quedar.
¡Ay, pobre de mi amor!
Nada lo convence, pues se convenció por la falsedad.
El engaño de la vida, y la aventura que terminó mal.
Creyó que con otro corazón podría caminar a la par.
Unión, lazos y lealtad fue lo que esperó.
Prometió votos hacia un amor leal, pero así mismo se engañó.
Pues la promesa se deshizo, y se perdió hasta desaparecer, poco a poco.
Mi amor ya no cree en otros amores.
¡Ay, pobre de mi amor!

La mujer de mis sueños

Cuando el tiempo sea quien lo determine, y sea yo quien lo disponga, buscaré por todas partes, a una persona muy especial.
Una persona que no me quiera, si no que me ame con todo su ser.
Será la mujer ideal, la dama que ponga de cabeza a todo mi universo.
La joven que no puedo dejar de contemplar en mis más hermosos sueños. Sueños interminables con ella, sueños que son eternos.
Tendrá una sonrisa que me enloquezca,
Que brille y resplandezca más que cualquier estrella.
Solo esperaré una cosa de sus labios... ¡Que en mis labios dejen huellas!
Imposible será dejar de verla, pues solo tendré ojos para ella.
Juzgaré a esa obra de arte, y la apreciaré como la más bella de todas.
No desprenderé mi mirada de la suya, de sus ojos que solo emitirán luz.
Naufragaré cuando me pierda en su inmensidad, y tendré eterna gratitud.
Sin importar el cuerpo que posea, aprenderé a apreciar su perfecta escultura.
Por fe, las curvas no valdrán nada para mí, pero con certeza, afirmaré que me llevarán a cometer cualquier acto de locura.
Cuando toque su pelo lo asimilaré con arena suave y fina, y clavaré esa sensación en mi piel, como si una rosa me estuviera clavando una espina.
Su vos será tan dulce y encantadora, como la melodía que recibe un niño, al ser acunado en los brazos de su mamá.
Me atraerá como el canto de las traidoras sirenas, y podré decir que,
¡Hermosa como tu vos, ninguna otra vos habrá!
Ese es mi deseo mujer, que tú seas la voluntad que tanto esperé.
Que no seas igual a nadie más, si no que, única y diferente, es así como te amaré.
Mientras tanto seguiré remando contra la cruel marea, pues créeme que yo te esperaré, porque sé que con el tiempo aparecerás. 
De todos los males ocasionados me vas a curar.
Mujer de corazón sincero, de labios que sólo dicen la verdad.
De cuerpo de una sola persona, y de ojos que sólo a mi me observarán.
¡Mujer de mis sueños y salvación que me dará consuelo!
¿Dónde es que tú estás? 
¡Que este sueño no sea eterno!

Decisión de amor

En frente de mi ventana me paro, y por horas allí me quedo.
Sin tenerlo en cuenta, el tiempo se evapora.
Parado, suspiro por amor, porque en mi mente te veo, y como una estrella fugaz, apareces en un recuerdo pasajero.
Destellas en mi alma codicia, y con más razón ahora te quiero.
Fue la primera impresión que causaste, y ahora ya no te olvido.
Tan lejos te siento, será porque no sabes que existo.
Tan cercas estas de mi cuerpo, el resto solo me lo imagino.
Cada rose de tus manos, cada rose de tus labios, cada rose de tu cuerpo.
De noche me desvelo y lloro porque no te tengo.
No te fijes en los demás, en mi encontrarás lo que todavía no te ofrecieron.
¿No te das cuenta que veo el rastro de soledad que deja tu corazón?
¿Para qué perder el tiempo en alguien que no te ama? 
¡No te puedes dividir en dos!
Me duele que te encuentres entre la espada y la pared, pero si callas ahora, otorgarás un amor mal correspondido.
Comprendo que él te quiere, pero no tanto como te estoy amando yo.
El vacio cada vez se hace más grande, y ya en mi cama no cabe más soledad.
Solo quiero tenerte conmigo de una vez por todas, y amarte hasta el final.
Ya no quiero estar ni un día más sin tenerte. No quiero tener que derramar ni una sola lagrima más injustamente.
La decisión ya está tomada, y declaré que tú eres mi obsesión, la locura que cometeré y la mujer que sanará a mi corazón.
Eres la luz en mi vida, la salida para mi salvación, y el pecado que cometeré sin tener que pedir perdón.
¡Ay vida mía! Eres más hermosa que los serafines y los ángeles.
Eres más bella que la suma total de los más hermosas paisajes.
Una nueva historia que cambiará los estragos de mi alma y mi corazón. Un cuento de hadas que curará cada profundo dolor.
Simplemente te amo, y todo lo que haga será por vos. Para demostrarte que soy digno de merecer tu inmenso amor.

Culpable soy

Culpable soy, por haberte mostrado quien realmente soy.
Si nunca te hubiese revelado mis mentiras, jamás me hubieses amenazado con la verdad.
Porque sabes un secreto difícil de ocultar, un secreto que mantuve en eterna oscuridad, crees que puedes iluminarlo, mostrándolo a quienes luego tendré que odiar.

Yo de eso no me olvido

Ya hace tiempo que me encuentro caminando,
Acompañado de la fría soledad y en el medio del olvido. Buscando alguna razón, buscando algún motivo, tratando de hallar la cura para este mal cautivo.
Tan grande es mi agonía,
¡Oh, sí, Tan grande es mi dolor.
Pensé en morirme algún día, para conmigo también llevarme su amor.
Yo siempre la he amado, y solo Dios sabe cuánto la he querido. Le prometí amarla por siempre, y me convertí esclavo de las palabras que he dicho.
Vivir tan sólo una eternidad, en un sueño del cual juramos jamás despertar. Y volviendo testigo, a la luna observadora, de las locuras que pretendíamos cometer, sin ponerle un freno a nuestra libertad.
Por querer cumplir con esa delicada promesa, mucho tiempo he permanecido dormido.
En lo mas hondo de mi alma, la mantuve oculta para hacerla solo mía, y al buscarla en una de aquellas noches, se perdió en el lecho de un profundo abismo.
Noté que su piel se hizo ausencia eterna una mañana temprana, y que las horas se volvieron arrugas en mi alma.
Con una herida en mi pecho, mi corazón se secó, y de a poco se fue apagado.
Su perfume, que tanto me mantenía cautivo, se desvaneció de mi cama, sin dejarme nada de ella.
Una noche oía a mis heridas murmurar en secreto,
y sin aviso, atentaron contra mí, al brotar el alba.
Caí en la cruel trampa de las artimañas del olvido,
Dando la tajada perfecta en lo más profundo de mi alma.
Un día desperté sin ningún ayer, y a lo lejos, a penas se notaba un mañana.
Muy distante, noté aquel sentimiento culpable, y sin piedad me atreví a darle la espalda.
Borré las huellas que dejé en mi memoria, y vertí en el viento las cenizas que me hirieron.
Una promesa, yo he jurado por amor, pero junto con mi amor, hace tiempo se perdieron.
Tanto le prometí, tango amor le juré, pero junto con el tiempo, ella ha desaparecido.
Una promesa yo le he hecho, y yo de eso no me olvido.

Hoy puedo morir en paz

Si tan sólo, en este instante, me dejas amarte como locamente lo estoy deseando. Sabrás que no hay nada más fuerte, que este amor que me mantiene vivo por ti.
Tú eres mi locura, tú eres mi obsesión. 
Eres mi adicción y lo esencial de vida, que me mantiene en pies.
Eres la razón más importante por la que lucharía toda la vida. Y tengo la certeza, de que a nadie tanto podré querer. 
Te amo de una manera sobre humana, que no me alcanza la eternidad para demostrarte cuan feliz me haces.
Hoy puedo morir en paz, porque soñé toda una vida junto a ti.
Hoy puedo morir como honrado, porque desde el momento en que tomaste mi corazón, me diste la razón para poder vivir.

Salvaje

Salvaje, mi espíritu indomable, que se oculta en mi habitación, deseando como loco galopar por tus sinfines de praderas.
He nacido para vivir en libertad,
Y la que tú me has dado, es más de la que jamás pude imaginar.
No te das cuenta que no puedes abandonar las paredes de este cuarto, cuando arde en llamas de pasión, cuando mi piel se topa con el verdadero amor.
Tú no entiendes que respiro muerte si te vas por esa puerta, porque te llevas lo que me queda de vida contigo.
Mis manos han planeado suicidarse de la par, ya que tu cuerpo les ha prohibido que no lo rosen por esta noche.
¡Ay que desgracia la mía, que te vas y no miras atrás!
Te has dormido en tu propio silencio y sé que no me vas a contestar.
Te marchas sin tener compasión, me dejas solo en un rincón.
Me llevas a la locura absoluta y a la eterna desolación.
Salvaje se vuelve mi corazón al no ser capaz de latir por si mismo.
Te vas sin saber cuanta falta me haces,
sin saber que cuando me des la espalda, mi último aliento se irá.

Mi locura

Tal vez no lo creas, pero mi locura dio brotes de esperanza en tierra árida, mientras que mi cordura, los iba marchitando de a poco, en campos florecidos. 

Iluminar el camino

No debemos de preocuparos por las miradas que otros tendrán de nosotros, ni por las cosas que dirán a nuestras espaldas, ni si quiera, por como nos juzgarán.
No siempre las miradas y las palabras son malas. A veces hay algunas de ellas, que dicen que tú y yo, somos luceros que brillan constantemente e iluminan el camino de alguien más.
Y cuando te des cuenta de ello, sabrás que aún no estás hundido, que todavía hay esperanzas, y debemos remar hasta el final del camino, para ayudar a quien se sienta en la más profunda oscuridad.
Iluminar el camino de alguien, de la misma manera en que nos ilumina alguien más.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Despierto de nuevo

Un millón de disculpas no bastan, para reparar este inmenso dolor que me has causado.
¿Cómo puedes remendar este tiempo de soledad con el qué me has estado pagando?
Ya me cansé de dejar, cada lágrima, en el profundo océano que esconde mi almohada.
El temor de que nuestro amor se seque, como aquellas desoladas lágrimas, cada vez crece, y se alimenta de mis crueles pensamientos que no me dejan vivir en paz.
Me equivoqué una vez, tal vez dos o tres.
¡Pero juro por Dios, que este mal no merezco!
Y si he de merecerlo, ¡Ya lo escarmenté!
Nadie te amará jamás en esta vida, y en ninguna otra, como en este mismo momento, aquí en medio de la noche, te estoy amando yo. Con tanto dolor, con tanta pasión.
Es tan fácil toparme con tu camino, y es tan difícil que te encuentres junto a mí.
Verte cara a cara, tomando unas cervezas y matando unos cigarrillos, en la quietud de la oscuridad.
Tan posible es saludarte y mirarte, y contarnos nuestras insignificantes vidas.
Tan fácil es todo contigo... 
Lo difícil es hacerlo como si nada hubiese pasado entre nosotros dos.
Daría cualquier cosa en el mundo, con tal de acabar con tanta autodestrucción;
Porque lo que circula por mis venas, y lo que bombea mi corazón, 
Ya no es vida... Ya no es amor...
Quisiera que te borraras de mí para siempre, sin tener que ser yo quien tome esa decisión.
Quisiera que nunca haya sucedido nada entre nosotros, sin siquiera tener que pensarlo.
Mi dolor forma parte de tu amor. Ambos son complementos que no se pueden separar.
Y ya ha pasado tanto tiempo, que he aprendido a coexistir con la angustia, en medio de este enigmático amor.
Me acostumbré a sentir tu piel junto a la mía, y me cansé de soñarte junto a mi cama, como si en verdad fuera a pasar.
Me inventé un mundo posible junto a ti, que ya no hace falta que estés aquí conmigo.
¿Con qué poción me has embrujado qué ya no puedo distinguir entre lo correcto y la locura?
No puedo seguir en pie, si al menos tu nombre no se escapa de mi boca.
Creí que nunca volvería a enamorarme de nuevo, que sólo debía estar para tí.
Pero eso ya no era amor. Ni siquiera obsesión... Era mi perdición...
Cansado de oír canciones dirigidas a “¿Vaya uno a saber para quién?”. Ignorando la respuesta que mi alma se sabía de memoria.
¡Tan fácil es fingir que todo va bien! Pero si el espejo mostrara como en verdad siento, mi propio reflejo se desvanecería eternamente.
¿Cómo es qué no ven mi agonía?
Grito como loco, en el interior de las cuatro paredes de mi mente, tratando de conseguir que alguien me escuche y me libere.
Quisiera que ese héroe sea esa persona, pero despierto, y me encuentro con la cruda realidad.
¡Qué tonto que soy! Si es mi propia encarcelación, mi atadura y mi esclavitud.
Es el verdugo con su guillotina, de la cuál no escondería mi cabeza.
Dejaría mi alma en sus manos, a pesar de que con ella haga lo que le plazca.
A veces me imagino que todo es distinto, que se da cuenta, de que solo yo soy su vida.
Imagino que juntos somos felices.
Entonces mi agonía, se hace alegría certera, que promete cumplir cualquier promesa.
Engañado, me encierro en esa fantasía, hasta que lentamente bajo de las nubes, y aterrizo de golpe contra lo más duro del suelo.
Despierto de nuevo con ese rostro amargado, buscando la respuesta a esa pregunta que solo el destino se tiene entre manos.
Despierto una vez más, con el mismo vacío de siempre, y dispuesto a seguir soñando... A seguirme engañando.

No pido

No pido que el mundo deje de ser "Maldito". Pero sí pido, que al menos en él, las personas, den y devuelvan sonrisas, sin tener que pagar por ellas.