Seguidores

sábado, 24 de mayo de 2014

¡Ay, pobre de mi amor!

Mi amor florece, florece y se deshoja.
Llega al punto de madurez y cae.
Se precipita al vacio y no lo puedo encontrar.
Mi amor ya no es amor.
Se vuelve desamor por el dolor.
Desprecia lo que tiene, y rechaza lo que se aproxima hacia él.
Con agonía, se marchita en silencio, y con tristeza, se despedaza.
¡Ay, pobre de mi amor!
No quiere sufrir, quiere dejar de existir.
Ya no cree en los cuentos de hadas, pues su cuento de sueños se volvió una pesadilla cruel.
No puede dirigir ni una palabra.
Se las ha tragado el tiempo.
Miedo a volver a amar.
Desilusión por atreverse a experimentar.
Ya no siente mariposas, pues se devoraron todo el amor.
¡Ay, pobre de mi amor!
Diferente quiere ser, y lejos de todo quiere volar.
Ser libre, escapar de la pasión.
Prefiere ser esclavo de la libertad y ser emancipado por la eternidad, a que vivir creyendo en el amor.
Golpes soportó, pero la traición lo arrinconó.
Se sintió defraudado de sí mismo, y ahora nada lo puede animar.
Muerto en vida, muerto en soledad y hundido en el llanto.
Sumergido en lágrimas se quiere quedar.
¡Ay, pobre de mi amor!
Nada lo convence, pues se convenció por la falsedad.
El engaño de la vida, y la aventura que terminó mal.
Creyó que con otro corazón podría caminar a la par.
Unión, lazos y lealtad fue lo que esperó.
Prometió votos hacia un amor leal, pero así mismo se engañó.
Pues la promesa se deshizo, y se perdió hasta desaparecer, poco a poco.
Mi amor ya no cree en otros amores.
¡Ay, pobre de mi amor!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario