Nada cambiará todo lo que una vez sentí por ti. Aunque sea desdichado en esta vida, siempre recordaré quien me amó de verdad. Y aún, siguiendo mi propio camino, que me lleve al alcantilado inevitable, caeré recordando todo lo vivido.
Hay marcas que quedarán grabadas por siempre, y al pasar los años, allí permanecerán intactas. Y sé que algo me enseñarán con certeza. Para bien o para mal, no las quisiera borrar nunca.
Y aunque, algún día llore más que cualquiera vez, y esté sufriendo a más no poder, en mi ser te quedarás. Y a mí mismo me prometeré, lo volver a causar, aquel daño, que contigo cometí. De rodillas, te pediré perdón por no poder haberte echo feliz conmigo. Y con el alma pagaré el precio, que Dios crea que he de merecer. Y aunque no esté contigo, te desearé la mayor felicidad. Y aunque a veces no me veas, estaré cuidando de ti.
Porque te llevo bien hondo, dentro de mi ser. Porque a la primera vez, nadie la puede reemplazar. Porque fuiste justo conmigo, cuando fui yo quien te abandonó.
No es mañana cuando deberías estar haciéndolo. ¡Apresúrate antes de que raye el alba! Después será el momento en que, todo ser humano, deberá sentirse realizado por completo.
Seguidores
martes, 14 de agosto de 2018
Verso VII
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario