Verso XXX

Siempre te creiste más fuerte...
Siempre te empeñaste en subestimarme.
Te olvidaste de lo memorioso que era, de la caja de Pandora, oculta en lo más profundo de mi mente.
¡Nunca dije que fuera indestructible ni omnipotente!
Tengo por seguro, que perderé algunos dientes, en el intento de destruirte para siempre.
Y si clavas la daga filosa por mi espalda, en un intento desesperado por detenerme. Me aseguraré de que tengamos la misma suerte... de verte a los ojos, cuando venga por nosotros, la muerte.

Verso XXIX

Agacho la cabeza al nivel, en que el mundo me pisa con su suela, mientras camino por la vereda, conectado a la música que me anestecia.
¡En mi mundo, valgo mucho más!
No tengo porque fingir ante nadie ni ocultar la mano con la que arrojé la piedra.
Soy libre de expresar mi demencia... de hacer justicia cuando la humanidad se oculta bajo la miseria.
No tener límites para imaginar ni para pensar en su totalidada, son cualidades, que en el otro mundo, traerán consecuencias.
Añoro que nunca se termine este trance...
Poder escupir sobre este sistema parasitario, que los más sanganos imparten.
Ya pacté con el diablo, y antes de morir, quemaré esta colmena.
¡Arderé en el infierno por siempre! Pero si me deshago de la mierda, ¡Sí que habrá valido la pena!

Verso XXVIII

Desaté un caos en mi cabeza, y terminé gatillando pensamientos de mierda, que me perforaron el alma a quema ropa.
Y quise huir de mi miseria, llenando esta libreta, mientras me desengraba, gota a gota.
Y es que, mis ángeles y demonios, no quisieron dar tregua. Sabían que buscaba una escapatoria, y me ofrecieron una salida ambigua.
A puño y letra, asesiné al poeta... no sin antes de romper el lápiz, que me vió nacer. Plasmé en el papel, la propuesta de la muerte, quien esperaba ansiosa, por la búsqueda de mi ser.
Prendí mi último cigarrillo, para llenar el vacio del vicio, que me lo pedía con desesperación.
Mientras que las puertas del infierno se abrían, para alejarme de la redención.
Y en grados Fahrenheit, ardió mi alma, junto a mi último escrito, que tampoco tuvo salvación. Y al matar a mi monstruo interno, que mantuve cautivo. Sólo así, conseguí la absolución.

Verso XXVII

Abracemosnós en la quietud de la noche, mientras escuchamos los suplicios de nuestro amor.
Se está muriendo en el frío de la soledad, suplicándonos por un gesto humano, por un poco de afecto... de calor

La foca alvina

Como una foca alvina, abandonada por su focada, por poner en peligro su ubicación.
Ante una amenaza eminente, es seguro que nadie va a dudar ni tener compasión.
La desdicha, desde entonces la acompaña por cada rincón. Se encontraba sola, con esperanza nula... buscando por el trayecto unas simples migajas de amor.
Pero la fiera ha sobrevivido desde entonces, pese que su vida fue echada a la suerte. Aprendió a ser lo suficientemente fuerte, y sacudió a los parásitos que devoraban su mente... usando la suspicacia, cuando se acercaba la muerte.
Supo que estuvo sola desde siempre, y que nadie la ayudó por su condición. Que sólo ella misma fue apta, al superar sus debilidades y reemplazarlas con determinación. Superando las adversidades y a su propia depresión. Se olvidó de todos y asumió su camino con aceptación. Y así, en un mundo cruel y egoista, la foca alvina, marcada por el rechazo ajeno, sobrevivió, gracias a su propio criterio.

Verso XXVI

Esta es la vuelta de la página...
La historia en blanco, a la que le daré contenido, sin ilustraciones pasadas.
Este es el templo de mi fortaleza ...
El momento histórico de mi vida,
Que no tendrá decisiones equivocadas.

Ten cuidado

Ten cuidado como me dices lo que piensas, porque cuando te responda, tal vez no comprendas, porque fui tan duro con mi respuesta. Aunque la venganza no me motiva antes las afrentas. Te diré que, contigo, mis decisiones no serán perfectas, a la hora de tomar revancha por tu insolencia.
Te diré que no voy con vueltas ni con indirectas, a la hora de precipitarme a la guerra. Y que en medio de la revuelta, daré pelea con estrategia, hasta que no le encuentres escapatoria a la tormenta.  No daré tregua cuando te arrepientas. Seré una fiera en tiempos de cólera, que celebrará el fin de tu Era prehistórica.
¡Será tu derrota funesta, y mi gran obra maestra!
Todo por tu imprudencia... por tu negligencia... por no usar la inteligencia, y por hacerme perder la paciencia.
Desconocerás mi esencia cuando haga acto de presencia. Y será tu sentencia tu descuido, hacia mi demencia.

Verso XXV

Con la mente en blanco y el cerebro lleno de materia gris, se desnuda el alma de un poeta, que se interna en la búsqueda del legendario elixir. 
Y entre líneas de tinta, formula ecuaciones, que respondan a las incognitas que no lo dejan dormir.
Reflejando lo que fué y lo que puede llegar a ser, al quitarse cada una de sus máscaras, al escribir.
No habla de lo que es, porque lo que es, es demaciado maleable. Ya que la experiencia le demostró, que en la vida todo cambia,  que todo es invariable, y que nada es inmutable.
Que uno es un sujeto cognoscente, realizando alquimia transcendental, al buscar la inmortalidad de su nombre. Y quiere que perdure en la mente de alguien más, porque su vanidad así se lo impone.
Su carcinoma... el maldito egocentrismo, que lo devora como si fuese un gusano intestinal.
Su metástasis... aceptar el reflejo de su espejo, al vertir en el papel, todas sus palabras con auténtica sinceridad.

Verso XXIV

¿TE ACUERDAS DE MÍ?
NOS CRUZAMOS EN OTRO MUNDO,
¡Y TU ME HACIAS TAN FELIZ!
ERAMOS EL UNO PARA EL OTRO, EN UN SUEÑO QUE PARECÍA NO TENER FÍN. HASTA QUE DESPERTÉ, EN ESTA OTRA VIDA, EN LA QUE TE PERDÍ.
Y ALLÍ ESTÁS. CERCA MIO. SÓLO QUE NO ME CONOCES, PORQUE FUIMOS POR OTROS CAMINOS.

Verso XXIII

A manos limpias, salpico con arte, destrozando papeles, con la energía que recolecto del universo.
Catalizo el poder de esta pasión sin fronteras, y culmino con cualquier intelecto, que analice mis piensamientos.
Y entre el caos de este hambriento enjambre de ideas, mi maquinaria
Está al 100 % de su capacidad cereblal.
Deformando los contenidos de tu mente, y sacudiendo los chakras de tu esencia, te alejo de los limites de esta realidad.
Porque con el poder de la palabra, conectada con la virtud de quienes las pueden plasmar con geniuna verdad...
Desenfundan el arma universal de doble filo, que puede salvar al mundo con audacia o destruirlo con total crueldad.

Verso XXII

Como si pudieras sobrevivir a este cataclismo, que traigo en mis entrañas.
Se me quema el alma desde hace tiempo, y se me muere la piel con cada respirar.
No puedes sanarme las heridas sin saber primero, que en el intento, te puedes aquebrantar.
¡No trato de subestimarte!
Sólo trato de decirte, que no me trates de idealizar.
Porque cuando te falle, serás tú quien te falle primero, por convencerte de una vida, que creías que iba a ser verdad.