La necesidad que tenés, de que otros sepan que estás vivo, es más grande que tú razón de ser.
¡Pedís a gritos ser el centro de atención!
Te sentís solo... Entonces, intentás que el mundo vea lo que no sos.
Te creés menos, y odiás a todos los que hacen lo mismo que vos.
Tu ego está tan inflado, que te hacés grande, al menospreciar a otros, porque te da bronca el éxito ajeno... Porque te irrita la felicidad que no tenés... Porque te fastidia la idea de que otros puedan tener lo que no conseguiste en todo este tiempo.
Y en vez de vivir tu vida, te dedicás a cosificar. En vez de actuar, sólo te interesa hablar de más. En vez de esforzarte, sólo te quejás. Porque sí, porque podés. Porque te conviene. Porque te convencés de tus pensamientos...
Y nunca aceptarás ese complejo de inferioridad.
No es mañana cuando deberías estar haciéndolo. ¡Apresúrate antes de que raye el alba! Después será el momento en que, todo ser humano, deberá sentirse realizado por completo.
Seguidores
lunes, 7 de enero de 2019
Inferioridad
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario