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lunes, 14 de enero de 2019

Monstruos

Hay días en que no encuentras el sentido.
Lo analizas todo... Y piensas.
"Todo me sale mal"... Gritas.
¿Quién puede culparme?... Te preguntas.
Y le das vuelta a la rosca, hasta que se falsea.
Me creé enemigos que no existían, al decir que no podía superarme. Idealicé a los monstruos que me espantaron, y me persiguieron todo este tiempo. Y me volví una víctima de mí mismo.
Me convertí en un incomprendido, tratando de comprenderse así mismo.
¿Cuál hay si mi ego se arrastraba por el suelo? ¡Da igual tenerlo por las nubes! Cuándo el alma está desnuda, las mentiras se disipan, y el complejo sale a la luz.
La inferioridad es la misma, revestida de corazas o vestidas con harapos.
Alguna vez fui narciso y me comí al mundo entero. Al menos, en ese entonces, nada me detenía. Y cuando creí ser modesto, en realidad era mártir. Creyéndome merecedor de mucho por tanto sacrificio.
Nunca mantuve el equilibrio emocional. ¡La balanza de mi autoestima siempre fue bipolar!
Y si niego todo esto, me miento a mi mismo... Y si digo que no puedo, le doy permiso al autoboicot.
Si me siento imparable, el delirio de grandeza, me devorará. Pero sí creo que no valgo la pena, la depresión me abrazará.
Nunca fui bueno para encontrar el camino de la verdad. Pero al menos, intento mantener el sosiego y la autorreflexión.
Tengo que reconocer la dialéctica que existe, entre creerme la víctima, que vuelve victimario a los demás. Tengo que aceptar las cosas como son. Qué no siempre tengo la razón. ¡Que si quiero ayudar a otros, no puedo seguir con el complejo de Dios!
Sin amor propio, no hay amor hacia nada más. Pero si exagero las cosas, el extremismo me puede derrotar.
Si no hay modestia, la humildad desaparecerá.
Hay que aceptar las cosas por sobre todo. Sin aceptación no hay vida. Sólo hay muchas culpas y culpables... dedos que señalan a distintas direcciones, que a tí te esquivarán. Y si no reconoces tus errores, tus problemas, tus culpas, tus decisiones... Cualquiera de todos los monstruos, que me venían persiguiendo... te alcanzarán. 

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